Ayer vi la primera temporada de la serie que está arrasando por todo Estados Unidos, American Horror Story: Murder House.
La serie es la historia de la familia Harmon, que se mudan a una mansión con el fin de solucionar sus problemas familiares. Lo que ellos no saben es que esa casa está embrujada e irán descubriendo sus secretos y a las misteriosas personas que rodean la casa.
La familia Harmon es la protagonista principal de este
puzzle de diferentes personajes que componen la serie y puedo decir que aunque
al principio parezcan el típico matrimonio en crisis por infidelidad y una hija
adolescente con problemas, dotan de gran personalidad a éstos personajes. La
interpretación más destacable es la de una joven Taissa Farmiga que me
sorprende el realismo con el que plasma los sentimientos de su personaje y sus
problemas tanto físicos como psicológicos, sobre todo psicológicos, no dejando
caer a Violet, su personaje, en la típica adolescente depresiva de serie de
televisión que solamente es drama, drama y más drama, sino que tiene una mezcla
de sentimientos: amor, alegría, tristeza, odio, etc. La
interpretación de Connie Britton de una esposa abnegada y en una depresión
constante y algo histérica es casi perfecta, pero a veces cae en una simpleza que no me gusta mucho y creo que en ocasiones le falta algo de fuerza a
su personaje, incluso parece que tiene horchata algunas veces, pero bastante
conseguido y por último, y no menos importante, la actuación de Dylan McDermott
como el marido infiel, atractivo, exitoso y arrepentido, Ben, que a mí
particularmente me llegó a caer mal este personaje, por lo tanto puedo decir
que ha sido también una muy buena actuación pero en ocasiones se llevan más la
presencia pantalla otros personajes menos principales en la escena, pese a que
él este en ella.
Uno de los personajes más carismáticos y sin duda, uno de los
mejores de la primera temporada es el de Constance, interpretado por una
magnífica Jessica Lange, con este personaje nos da una lección de lo que es una
muy buena interpretación y de como un personaje pese a ser no muy ortodoxo lo
acabas adorando y quieres que salga en todos los episodios. La estética sin duda es una de las cosas más importantes de
esta serie, la atmósfera de misterio, los colores oscuros y fríos, la
simbología de muchos de los pequeños detalles que se van dejando caer durante
los distintos episodios, como por ejemplo la contraposición entre una Moira
joven y una Moira mayor según quién sea el que esté observando y las
intenciones que tiene, aunque generalmente la Moira joven se presenta al
hombre, dado que se supone que no ve más allá de sus instintos muchas veces y
una Moira mayor para la mujer, dado que se supone que ve no únicamente lo
físico sino que se fija mucho en lo psicológico; o también, la casa en sí, un símbolo
que será uno de los más importantes de la serie dado que es el escenario
principal de la acción.
La única pega que puedo ver en este temporada es el final
que no me terminó de convencer, me esperaba algo más grandioso y se quedó en
algo llamativo pero se merecía un final de los que te dejan sin habla, aun así fue genial la última escena final sin duda fue una
contraposición irónica y que consiguió que pese a que no me gustó el final del
todo, fuera bastante aceptable, pero, pese a ello, la serie en su conjunto es
muy buena. Solo puedo decir una cosa, tengo la segunda temporada lista.